Otro Parador de los que yo llamo "normales" (es decir que no es nada histórico como un castillo, Palacio, etc) aunque es un palacete con cierto encanto que me gustó bastante sobre todo por ofrecer en verano terraza/bar con comida en el jardín delantero.

Aprovechamos para alojarnos en este Parador de camino a casa, Guipúzcoa, proveniente del sur y para no hacer todo el camino de golpe hicimos un desvio para ver el Parador, dormir en él y ya de paso ver Teruel. Además este fue un alojamiento pagado con puntos con lo cual salió "gratis".

También sirvió para comprar la lámina del Parador y añadirla a la colección así como el folleto.

Ficha

Descripción del Parador

Situado a las afueras de la histórica ciudad, el Parador de Teruel expresa la mezcla de culturas y estilos que esconden algunos de sus edificios más representativos. El Hotel es un palacete inspirado en el estilo mudéjar, decorado con mármoles, azulejería, arcos ojivales y detalles arábigos que conforman la esencia de unas estancias alegres y diáfanas, decoradas en tonos pastel. En él podrás pasear por un amplio jardín, donde te espera la piscina, la pista de tenis, y unos salones apropiados para la celebración de convenciones, reuniones de trabajo y actos sociales.

La preciosa Teruel es una ciudad mágica, vinculada al romanticismo de la historia de los Amantes, en la que se han inspirado múltiples obras de arte, teatro y literatura. Paseando por sus calles descubrirás el casco antiguo de Albarracín, sólo para peatones, con pasadizos bajo arcos, escalinatas y portales de mansiones señoriales que parecen habitados por misteriosas sombras al caer la tarde. También te espera el conjunto formado por la iglesia y torre de San Pedro, donde encontrarás el Mausoleo de los Amantes. Otra visita imprescindible merecen las Torres Mudéjares y la catedral de Santa María de Mediavilla, una de las construcciones más características del Mudéjar en España.

La naturaleza también está a tu alcance. En la ciudad podrás visitar el Parque de los Fueros y, ya en las afueras, lugares como la Rambla de Valdecebro o la laguna de Tortajada, un remanso de paz y tranquilidad que regala pintorescos paisajes.

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