Castillo de Marcilla

Uno de los monumentos más importantes de Marcilla es sin duda el castillo levantado en el siglo XV por Mosén Pierres de Peralta y que se sitúa en el centro de la villa. Además de un papel defensivo esta fortaleza desempeñó el de mansión palaciega de los marqueses de Falces, descendientes de Pierres de Peralta.

Fue defendido en 1516 por doña Ana de Velasco, esposa del señor marqués, Alonso Carrillo, contra las tropas guipuzcoanas que comandadas por el capitán Villalva, pretendían demoler la fortaleza siguiendo la orden del Cardenal Cisneros.

El castillo tenía en su interior un gran patio de armas en torno al cual se distribuían las dependencias. En tiempos modernos, se fueron añadiendo construcciones más bajas que redujeron este espacio interior, todo lo cual se ha demolido en la actualidad.

Nombre: Marcilla
Dirección: Plaza de la Cava 1
Ciudad: Marcilla
Provincia: Navarra
País: España
Página oficial: Castillo de Marcilla
Dueño: Ayuntamiento de Marcilla
Construido: Siglo XV
Estado: reconstruido
Tipo: ayuntamiento, biblioteca
Visitable: SI
Entrada: gratuita
Horario: sábados y domingos 12:00 (máximo grupos de 30)
Permite fotos: SI
Visitado: 17 junio 2012.

El monumento histórico más importante de Marcilla es su castillo. En sus principios fue fortaleza defensiva, después castillo palaciego y terminó siendo una confortable mansión señorial. De recios sus muros, contaba con torres de esquina, teniendo en el centro otra más elevada y esbelta, pero menos gruesa, provista de airosas almenas y anguladas saeteras. En la obra de fábrica podían verse la piedra y el ladrillo, aunque éste corresponda a épocas más próximas a la actual. Las saeteras abundan no solamente hacia el exterior, sino también hacia el interior y el amplio patio de armas. Tenía los muros exteriores en talud y, por todas partes se abrían arcos y ventanales en ojiva. Todavía se conserva una buena parte de los fosos sobre los que se cernía el puente levadizo. Al lado exterior de las torres mostraba águilas negras con alas y garras abiertas, hasta que, años después de la celebre batalla de las Navas de Tolosa, fueron sustituidas por las cadenas del Rey Sancho el Fuerte.

La fortaleza señorial que aún puede admirarse en el centro de la localidad se edificó, al parecer, en los últimos años del reinado de Carlos III el Noble. En 1424, este monarca dio a Mosén Pierres de Peralta materiales para las obras, y poco después, mil libras con el mismo fin. Hacia 1429, Juan II y Doña Blanca dieron al citado Mosén Pierres el señorío de la villa. Desde que en 1513 Fernando el Católico instituyó el marquesado de Falces a favor de don Alonso de Peralta, fue este castillo núcleo y cabeza de dicho marquesado, uno de los estados o señoríos más importantes y dilatados del Reino. En 1788, el licenciado Ricarte envió un informe descriptivo a la Academia de la Historia. La armería del castillo contenía numerosas adargas, petos, morriones, picas y todo género de armas y arneses. En la cámara del marqués se guardaba antiguamente la famosa espada Tizona del Cid y su armadura, y en la capilla se veneraba una Santa Espina y se conservaba "un dinero de los que fue vendido Nuestro Señor". En 1820, un ayuntamiento liberal hizo demoler "unas garitas que estaban donde la plaza principal... y un fortín que al parecer sirvió de cuerpo de guardia y es de figura de un cubo".

Es conocida la leyenda, según la cual la marquesa Ana de Velasco se enfrentó valerosamente en 1516 a las gentes de armas del coronel Villalba, impidiendo que se llevase a cabo la demolición de la fortaleza, decretada por el cardenal Cisneros. Los guipuzcoanos, en nombre de Castilla, tras conquistar Navarra, ordenaron la demolición de la mayoría de los castillos (orden general del cardenal Cisneros). En el de Marcilla mandaba la marquesa de Falces. Al ser informados de la llegada de Don Hernando del Villar, Doña Ana ordenó aprovisionarse de víveres y disponerse para la defensa. Cuando llegó al Castillo le tributó un gran recibimiento, preparó un banquete y los castellanos se embriagaron. En atención al trato recibido, Don Hernando del Villar permitió a la dama salir de la fortaleza con sus pertenencias y servidumbre. La heroína le respondió en tono altivo que era ella la que concedía la vida. Desarmados, los soldados tuvieron que abandonar el castillo, humillados por la astucia de Doña Ana de Velasco.

El castillo, palacio, hermoso ejemplar de fortificación gótica, fue construido en ladrillo sobre taludes de piedra, que pudieran datar de época anterior (los diferentes colores y texturas indican las diferentes fases de la obra). Los fosos que le rodean indican su carácter de fortaleza. En los cuatro ángulos del cuadrado se elevan unos fuertes torreones prismáticos. Existen otros que interrumpen el centro de los muros, salvo el del sur que ha sido sustituido por una galería. Hacia 1980, el castillo fue adquirido por la Diputación para su restauración.

Actualmente se ha realizado un plan de viabilidad para la implantación en el castillo de Marcilla de un centro de Interpretación del Medio Rural. Situado estratégicamente, el Castillo de Marcilla podría convertirse en motor de la actividad económica de la zona. No solo a través de la oferta cultural y turística, sino también por medio de una estrategia de colaboración con las empresas industriales locales que, tienen un enorme potencial para atraer visitantes organizando convenciones, presentaciones, congresos, etc.

Analizando la situación actual del castillo y habida cuenta la extraordinaria labor de rehabilitación que sería precisa para recuperarlo en su totalidad, se ha optado por delimitar un espacio reducido de su estructura para la ubicación del proyecto, coincidente con la fachada sur en su planta baja y primera.

NOTA
Textos sacados de la web del ayuntamiento de Marcilla.

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